Wednesday, December 19, 2007

El Secreto

Capitulo 3 El pasado


Lisandro se levantó por una segunda taza de café antes de continuar leyendo mas allá del prólogo. Se encontraba nervioso pero a la vez con muchísima curiosidad de saber de que trataba aquel escrito, aprovechó el viaje a la cocina para tomar de ensima de la alacena la chamarra que había usado la noche anterior, ya que el frío aumentaba apesar de ser pleno medio día. Dió vuelta a la página y se encontraba el primer capítulo titulado "El ser completo". El libro comenzaba a hablar acerca de la necesidad de las personas por complementarse unas con otras, haciendo mucho énfasis en el amor de pareja. Algo no muy agradable para Lisandro en esos momentos.

Apenas hacía solo un par de meses se había divorciado de su esposa, no duraron ni el año de casados. Lisandro siempre estuvo completamente enamorado de ella. El amor de su vida, con la cual había durado 7 años de noviazgo donde todo parecía miel sobre hojuelas. A diferencia de ahora, antes Lisandro solía ser una persona bromista y amiguera, llevaba a su novia a todos lados y cada oportunidad que tenía aprovechaba para comentar a todo mundo lo afortunado que se sentía en ser parte de aquella hermosa relación.

También, solía escribir, sobretodo en partitura, canciones para su amada, ya que cabe mencionar que Lisandro era un excelente pianista y compositor. En efecto su sueño era vivir de eso, de la música, y para su fortuna semanas atrás antes de que encontrara el libro, logró llamar la atención de un productor musical importante de la ciudad, dueño de una de las estaciones de radio mas privilegiadas, mientras tocaba un piano de muestra en una tienda departamental. Lo citaron días despues para una primera audición con los directivos de dicha estación de radio y quedaron todos maravillados.

Tan maravillados que le ofrecieron un contrato para que trabajara con ellos tocando los domingos en vivo en la estación de radio y quedaron en llamarle para una segunda audición con un productor del centro del país para ver si lo contrataban y grabar por fin un disco.
Esa era la única ilusión de Lisandro en estos momentos, cuando se encontraba tan abatido por su desengaño amoroso del cual nunca entendió la razón y cansado de un trabajo en una fábrica laborando como obrero cuando él había estudiado una carrera universitaria.
Aún no había recibido la llamada de la estación para la segunda audición pero día con día la esperaba con ansia, inclusive se había comprado un contestador para el teléfono donde el mensaje proporcionaba su número de celular en caso de que llamaran y no estuviera él en casa.

Siguió leyendo, el libro al principio hablaba de creer en el amor y de la importancia de recordar anécdotas bellas. Parecía que el libro sabía lo que había pasado en la vida de Lisandro, ya que conforme iba leyendo, decia las palabras exactas y precisas que lo obligaban a recordar tantas cosas alegres que había vivido en el pasado. Sin embargo, de un de repente, el libro cambió la perspectiva abruptamente del amor cuando comenzó a hablar de la traición como si fuera algo que es inevitable en cualquier mundo color de rosa. Comenzó a hablar del último adios justo cuando Lisandro tenía los más bellos recuerdos en la mente, que hasta habían logrado sacarle una sonrisa a su seco y trizte rostro. El libro lo azotó al suelo recordandole la realidad.

Lisandro cerró el libro y los ojos, recargandose en la mesa pensando, las lágrimas no tardaron en hacer acto de presencia en sus mejillas. Se sentía tan solo e inútil, abrió los ojos y miró a su alrededor, todo a su alrededor era un desorden, la cama destendida, ropa tirada por todos lados, la estufa con sartenes con residuos del desayuno, platos sucios en el lavamanos y solo una ventana que dejaba ver como comenzaba a chispear afuera.
No podía ser cierta su realidad, él se rehusaba a creer en que todo siempre terminaba en traición como lo había planteado el libro, así que en ese momento tomó su teléfono y marcó a la casa de su amigo Toribio.

-Alo?- contestó una voz femenina con acento evidentemente extranjero.
-Patri?... buenas tardes, oye no se encuentra Toribio?- dijo entre sollozos la quebrada voz de Lisandro.
-No se encuentra... es que le han llamado del curro y ha tenido que salir, ya vez como se las gastan estos tíos de su trabajo. Pero que os sucede? Os escucho fatal. -
-Necesito un favor Patri...- dijo Lisandro tratando de ocultar su tristeza -... necesito que me des raite a un lugar. Me podrías llevar?-
-Por supuesto! Haberlo dicho antes joder! Que yo voy por ti en un momento. Tengo unas cosas que quiero preguntaros también eh? Haber si vas confiando mas en tus amigos que nos preocupamos por ti...-
-Gracias, en cuanto tiempo llegas?..-
-En una hora estoy ahí, seguro que estais bie...-
-Muchas gracias- respondió Lisandro interrumpiendo -... aquí te espero, Bye!-

De prisa, Lisandro brincó de la silla y fue directamente a su armario. Buscó la ropa mas elegante que tenía, un pantalon de vestir color negro, una camisa roja sangre y un saco negro. Lustró sus zapatos hasta dejarlos como espejos, cepillo sus dientes dejandolos lo mas blancos posible, se afeitó y perfumó. Peinó su cabello con cuidado, ya que acostumbraba a estar siempre sin ningún tipo de arreglo y fué a la esquina donde habia una florería y compró un hermoso ramo de rosas rojas. Regresó a su casa a esperar impascientemente a su amiga. Al verla llegar por la ventana, no le dio tiempo ni de apagar el carro, salio a toda prisa de su casa protegiendo con una sombrilla el arreglo floral y subió rapidamente al vehículo.

-Woaa! Para mi? No os hubierais molestado... jeje- dijo Patri entre risas mientras Lisandro subía al carro.
-Hola Patri!- respondió Lisandro con una sonrisa y ojos llorosos mientras se ponía el cinturón de seguridad del auto -... nos vamos?-

Patri arrancó el auto, dió vuelta en U y se dirigía de nuevo a la ciudad.

-Muy bien galán, me da gusto que habeis decidido saliros de su depresión y conocer gente nueva... Para quién son las rosas eh pillín?- comentó Patri mientras conducía.
Lisandro se mantuvo en silencio unos breves instantes, hasta luego decir entre suspiros -... para mi esposa...-
-Oh dios..- dijo Patri con una cara de frustración muy aparente -... Lisandro... cuanto tiempo más vas a continuar torturandote tu solo con todo esto?... entiende que...-
-Entiende tu porfavor...- interrumpió Lisandro -... ella es mi esposa... ella y yo pasamos los momentos mas bellos que he vivido... no ... no pudo haber sido en vano todo esto... ella me quiere, lo sé!... ella me ama!!...-
-Y por eso os pidió el puñetero divorcio?!- dijo Patri levantando la voz con un tono bastante molesto -Joder Lisandro! Las cosas cambian, las personas cambian, no puedes pretender controlar todo lo que te rodea. Tú no tienes el control de todo entended eso bien!! Tienes que continuar con tu vida!!!-
-Me vas a llevar si o no?- respondió Lisandro con molestia.
-Maldita sea... Claro que os llevo, solo que no comprendo como es que os gusta sufrir tanto!- dijo Patri aumentando la velocidad para llegar pronto.

La casa donde solían vivir Lisandro y su ex-esposa se encontraba como a 20 minutos manejando, 35 con tráfico, afortunadamente era una hora muerta y Patri hizo tiempo récord tardando solo 15 minutos y llegando así casi casi a las 5 de la tarde cuando comenzaba a ponerse el sol. Era una casa dentro de un fraccionamiento nuevo, bonita de dos plantas, con un color café claro que Lisandro habia pintado tras lograr convencer a su ex-esposa de que era el mas adecuado. Tenía cochera para dos autos y una reja negra con bonitos motivos, un árbol grande aun lado de la gran puerta de madera oscura y un pequeño jardín con arbustos y palmas pequeñas justo aun lado de la cochera, separandola asi de la entrada principal que era marcada por un camino de piedritas de rio plasmadas en concreto.

-Bueno, muchas gracias Patri- dijo Lisandro desabrochandose el cinturón y preparandose para bajar del auto.
-..Espera... no quieres que te espere? como regresareis a tu casa?..- contestó Patri con un tono de preocupación.
-Esta es mi casa...- respondió Lisandro sonriendo -... no te preocupes Patri, se que todo estará bien-
-Ay cabezón...- dijo Patri con tristeza - ... ojalá tengas razon... hablame a mi telefono por cualquier cosa eh?-
-No te preocupes... nos vemos!- dijo Lisandro mientras se bajaba del auto a toda prisa para no mojarse.

Caminó por el caminito de piedritas hasta llegar al techito que cubría la entrada de la puerta, se despidió con la mano de Patri quien arrancaba el auto y se alejaba, y prosiguió a tocar el timbre.
Abrió la puerta una mujer bastante atractiva, delgada, cabello negro largo y lacio, llevaba un vestido rojo con motivos florales y un mandil color blanco, al parecer se encontraba cocinando algo.
-Li... Lisandro?..- dijo con mucho asombro la joven -... qu... que haces aquí?..-
-Hola!... pasaba por el vecindario y decidí llegar a saludar!- respondió Lisandro con una sonrisa temerosa -Vez? Te dije que el café le iba a quedar muy bien a la casa... las rejitas negras fueron una buena elección tuya debo admitir...-
-... si... lo sé...- respondió la joven con un tono de nerviosismo -... en que puedo ayudarte?...-
-Toma...- dijo Lisandro con una sonrisa mientras estiraba el ramo de rosas hacia ella -... es un regalito, asi como los que te llevaba a la escuela, pensé que como estaba lloviendo y el día estaba muy melancólico pudieramos pasar la tarde viendo peliculas en el sofá, recuerdas? eso nos gustaba mucho...-

En ese momento sale un hombre de la puerta del comedor con una botella de vino en sus manos diciendo - Hey corazón... donde estan las copas? No logro encontrarlas por ningun lad...-
Lisandro y ese individuo se miraron fijamente a los ojos, ambos sorprendidos. Lisandro sintió como un gran vacío carcomía su interior mientras sus manos soltaban el gran ramo de rosas que había llevado de regalo.
-Jo.. Joel?- dijo el sorprendido Lisandro viendo fijamente al intruso -... con... con que de eso se trataba...-
-Lisandro... yo puedo explicarlo...- dijo el hombre acercandose lentamente a la puerta.
-Se conocen???- exclamó la chica con algo de sorpresa.
-CLARO QUE LO CONOZCO!!!- gritó Lisandro con lagrimas en los ojos - ES MI PUTO SUPERVISOR EN LA FABRICA!!! -

Joel inmediatamente se interpuso entre él y la chica. -No le grites así a Leticia Lisandro!!! Ella no es tu esposa ya, y tiene todo el derecho de rehacer su vida con quien ella decida!!!- replicó ya enojado.
Lisandro volteó a ver a ambos con unos ojos de tristeza y odio que parecían disparar las mas horribles maldiciones, hasta que luego fijó la vista en la botella que Joel traía en la mano.

-Esa botella....- gruñó Lisandro mientras cerraba el puño derecho -... me la regaló mi padre... el día de mi boda!!!-
Acto seguido le arrebató la botella de las manos y con todas sus fuerzas y coraje le soltó a Joel un puñetazo que le dio en la mandibula, que inmediatamente le tumbó dos dientes y lo mandó al suelo casi inconsiente.
-Animal!!!!!- le gritaba la asustada chica a Lisandro mientras se incaba para ver como se encontraba el lastimado Joel -Eres un Animal!!!! Lárgate!!! No te quiero volver a ver en mi vida!!!-

Lisandro se quedó inmovil un par de segundos viendo como el amor de su vida defendía a alguien más de él mismo. Su gran coraje y decepción lo hicieron presa fácil y salió corriendo de ahí a pesar de que la lluvia había aumentado de intensidad. Corrió sin detenerse toda la distancia entre la casa de Leticia hasta la de él, tardando aproximadamente una hora en recorrer el trayecto bajo la lluvia. Mientras corría lloraba desesperadamente, sentía un profundo dolor y el coraje cada vez se hacía mayor.
Llegó a su casa empapado, y su asustado perro al verlo se escondió bajo una silla ladrandole. Se tiró en el piso llorando con lo que le quedaba de energias y abrió la botella de vino, y en menos de diez minutos se la terminó.
Ya mareado por los efectos del alcohol buscó debajo de su cama otra botella que guardaba ahi y sin querer tambien sacó un enorme cuadro donde estaba resguardada, bajo un cristal muy grueso, la foto de Lisandro y Leticia el día de su boda.
La tomó con coraje y la miraba mientras abría la segunda botella de vino. Comenzaba a beber mientras lloraba y su corazón sentía un profundo coraje. Mientras afuera, una figura con un impermeable se acercaba lentamente a su casa.

4 comments:

OvI-1 said...

Joel???

Lodi said...

No mames, tienes todo el derecho de gritarle a la tal Leticia. Y Joel es un hijodelaverga :P


Yo le hubiera pateado en los huevos y la cara, jijiji.




I can't wait for my character :)

Aka said...

de acuerdo contigo, lodi...

además d patearle los huevos y la cara, yo le hubiera escupido

jajaja

xD

por Ryuk...pk estoy tan violenta últimamente??

pd: ovidio, firma los papeles del divorcio YAAAAAA xD

OvI-1 said...

jajaja por ke tanto apuro Patri, si tenemos tan bonito matrimonio