Wednesday, December 19, 2007
El Secreto
Lisandro se levantó por una segunda taza de café antes de continuar leyendo mas allá del prólogo. Se encontraba nervioso pero a la vez con muchísima curiosidad de saber de que trataba aquel escrito, aprovechó el viaje a la cocina para tomar de ensima de la alacena la chamarra que había usado la noche anterior, ya que el frío aumentaba apesar de ser pleno medio día. Dió vuelta a la página y se encontraba el primer capítulo titulado "El ser completo". El libro comenzaba a hablar acerca de la necesidad de las personas por complementarse unas con otras, haciendo mucho énfasis en el amor de pareja. Algo no muy agradable para Lisandro en esos momentos.
Apenas hacía solo un par de meses se había divorciado de su esposa, no duraron ni el año de casados. Lisandro siempre estuvo completamente enamorado de ella. El amor de su vida, con la cual había durado 7 años de noviazgo donde todo parecía miel sobre hojuelas. A diferencia de ahora, antes Lisandro solía ser una persona bromista y amiguera, llevaba a su novia a todos lados y cada oportunidad que tenía aprovechaba para comentar a todo mundo lo afortunado que se sentía en ser parte de aquella hermosa relación.
También, solía escribir, sobretodo en partitura, canciones para su amada, ya que cabe mencionar que Lisandro era un excelente pianista y compositor. En efecto su sueño era vivir de eso, de la música, y para su fortuna semanas atrás antes de que encontrara el libro, logró llamar la atención de un productor musical importante de la ciudad, dueño de una de las estaciones de radio mas privilegiadas, mientras tocaba un piano de muestra en una tienda departamental. Lo citaron días despues para una primera audición con los directivos de dicha estación de radio y quedaron todos maravillados.
Tan maravillados que le ofrecieron un contrato para que trabajara con ellos tocando los domingos en vivo en la estación de radio y quedaron en llamarle para una segunda audición con un productor del centro del país para ver si lo contrataban y grabar por fin un disco.
Esa era la única ilusión de Lisandro en estos momentos, cuando se encontraba tan abatido por su desengaño amoroso del cual nunca entendió la razón y cansado de un trabajo en una fábrica laborando como obrero cuando él había estudiado una carrera universitaria.
Aún no había recibido la llamada de la estación para la segunda audición pero día con día la esperaba con ansia, inclusive se había comprado un contestador para el teléfono donde el mensaje proporcionaba su número de celular en caso de que llamaran y no estuviera él en casa.
Siguió leyendo, el libro al principio hablaba de creer en el amor y de la importancia de recordar anécdotas bellas. Parecía que el libro sabía lo que había pasado en la vida de Lisandro, ya que conforme iba leyendo, decia las palabras exactas y precisas que lo obligaban a recordar tantas cosas alegres que había vivido en el pasado. Sin embargo, de un de repente, el libro cambió la perspectiva abruptamente del amor cuando comenzó a hablar de la traición como si fuera algo que es inevitable en cualquier mundo color de rosa. Comenzó a hablar del último adios justo cuando Lisandro tenía los más bellos recuerdos en la mente, que hasta habían logrado sacarle una sonrisa a su seco y trizte rostro. El libro lo azotó al suelo recordandole la realidad.
Lisandro cerró el libro y los ojos, recargandose en la mesa pensando, las lágrimas no tardaron en hacer acto de presencia en sus mejillas. Se sentía tan solo e inútil, abrió los ojos y miró a su alrededor, todo a su alrededor era un desorden, la cama destendida, ropa tirada por todos lados, la estufa con sartenes con residuos del desayuno, platos sucios en el lavamanos y solo una ventana que dejaba ver como comenzaba a chispear afuera.
No podía ser cierta su realidad, él se rehusaba a creer en que todo siempre terminaba en traición como lo había planteado el libro, así que en ese momento tomó su teléfono y marcó a la casa de su amigo Toribio.
-Alo?- contestó una voz femenina con acento evidentemente extranjero.
-Patri?... buenas tardes, oye no se encuentra Toribio?- dijo entre sollozos la quebrada voz de Lisandro.
-No se encuentra... es que le han llamado del curro y ha tenido que salir, ya vez como se las gastan estos tíos de su trabajo. Pero que os sucede? Os escucho fatal. -
-Necesito un favor Patri...- dijo Lisandro tratando de ocultar su tristeza -... necesito que me des raite a un lugar. Me podrías llevar?-
-Por supuesto! Haberlo dicho antes joder! Que yo voy por ti en un momento. Tengo unas cosas que quiero preguntaros también eh? Haber si vas confiando mas en tus amigos que nos preocupamos por ti...-
-Gracias, en cuanto tiempo llegas?..-
-En una hora estoy ahí, seguro que estais bie...-
-Muchas gracias- respondió Lisandro interrumpiendo -... aquí te espero, Bye!-
De prisa, Lisandro brincó de la silla y fue directamente a su armario. Buscó la ropa mas elegante que tenía, un pantalon de vestir color negro, una camisa roja sangre y un saco negro. Lustró sus zapatos hasta dejarlos como espejos, cepillo sus dientes dejandolos lo mas blancos posible, se afeitó y perfumó. Peinó su cabello con cuidado, ya que acostumbraba a estar siempre sin ningún tipo de arreglo y fué a la esquina donde habia una florería y compró un hermoso ramo de rosas rojas. Regresó a su casa a esperar impascientemente a su amiga. Al verla llegar por la ventana, no le dio tiempo ni de apagar el carro, salio a toda prisa de su casa protegiendo con una sombrilla el arreglo floral y subió rapidamente al vehículo.
-Woaa! Para mi? No os hubierais molestado... jeje- dijo Patri entre risas mientras Lisandro subía al carro.
-Hola Patri!- respondió Lisandro con una sonrisa y ojos llorosos mientras se ponía el cinturón de seguridad del auto -... nos vamos?-
Patri arrancó el auto, dió vuelta en U y se dirigía de nuevo a la ciudad.
-Muy bien galán, me da gusto que habeis decidido saliros de su depresión y conocer gente nueva... Para quién son las rosas eh pillín?- comentó Patri mientras conducía.
Lisandro se mantuvo en silencio unos breves instantes, hasta luego decir entre suspiros -... para mi esposa...-
-Oh dios..- dijo Patri con una cara de frustración muy aparente -... Lisandro... cuanto tiempo más vas a continuar torturandote tu solo con todo esto?... entiende que...-
-Entiende tu porfavor...- interrumpió Lisandro -... ella es mi esposa... ella y yo pasamos los momentos mas bellos que he vivido... no ... no pudo haber sido en vano todo esto... ella me quiere, lo sé!... ella me ama!!...-
-Y por eso os pidió el puñetero divorcio?!- dijo Patri levantando la voz con un tono bastante molesto -Joder Lisandro! Las cosas cambian, las personas cambian, no puedes pretender controlar todo lo que te rodea. Tú no tienes el control de todo entended eso bien!! Tienes que continuar con tu vida!!!-
-Me vas a llevar si o no?- respondió Lisandro con molestia.
-Maldita sea... Claro que os llevo, solo que no comprendo como es que os gusta sufrir tanto!- dijo Patri aumentando la velocidad para llegar pronto.
La casa donde solían vivir Lisandro y su ex-esposa se encontraba como a 20 minutos manejando, 35 con tráfico, afortunadamente era una hora muerta y Patri hizo tiempo récord tardando solo 15 minutos y llegando así casi casi a las 5 de la tarde cuando comenzaba a ponerse el sol. Era una casa dentro de un fraccionamiento nuevo, bonita de dos plantas, con un color café claro que Lisandro habia pintado tras lograr convencer a su ex-esposa de que era el mas adecuado. Tenía cochera para dos autos y una reja negra con bonitos motivos, un árbol grande aun lado de la gran puerta de madera oscura y un pequeño jardín con arbustos y palmas pequeñas justo aun lado de la cochera, separandola asi de la entrada principal que era marcada por un camino de piedritas de rio plasmadas en concreto.
-Bueno, muchas gracias Patri- dijo Lisandro desabrochandose el cinturón y preparandose para bajar del auto.
-..Espera... no quieres que te espere? como regresareis a tu casa?..- contestó Patri con un tono de preocupación.
-Esta es mi casa...- respondió Lisandro sonriendo -... no te preocupes Patri, se que todo estará bien-
-Ay cabezón...- dijo Patri con tristeza - ... ojalá tengas razon... hablame a mi telefono por cualquier cosa eh?-
-No te preocupes... nos vemos!- dijo Lisandro mientras se bajaba del auto a toda prisa para no mojarse.
Caminó por el caminito de piedritas hasta llegar al techito que cubría la entrada de la puerta, se despidió con la mano de Patri quien arrancaba el auto y se alejaba, y prosiguió a tocar el timbre.
Abrió la puerta una mujer bastante atractiva, delgada, cabello negro largo y lacio, llevaba un vestido rojo con motivos florales y un mandil color blanco, al parecer se encontraba cocinando algo.
-Li... Lisandro?..- dijo con mucho asombro la joven -... qu... que haces aquí?..-
-Hola!... pasaba por el vecindario y decidí llegar a saludar!- respondió Lisandro con una sonrisa temerosa -Vez? Te dije que el café le iba a quedar muy bien a la casa... las rejitas negras fueron una buena elección tuya debo admitir...-
-... si... lo sé...- respondió la joven con un tono de nerviosismo -... en que puedo ayudarte?...-
-Toma...- dijo Lisandro con una sonrisa mientras estiraba el ramo de rosas hacia ella -... es un regalito, asi como los que te llevaba a la escuela, pensé que como estaba lloviendo y el día estaba muy melancólico pudieramos pasar la tarde viendo peliculas en el sofá, recuerdas? eso nos gustaba mucho...-
En ese momento sale un hombre de la puerta del comedor con una botella de vino en sus manos diciendo - Hey corazón... donde estan las copas? No logro encontrarlas por ningun lad...-
Lisandro y ese individuo se miraron fijamente a los ojos, ambos sorprendidos. Lisandro sintió como un gran vacío carcomía su interior mientras sus manos soltaban el gran ramo de rosas que había llevado de regalo.
-Jo.. Joel?- dijo el sorprendido Lisandro viendo fijamente al intruso -... con... con que de eso se trataba...-
-Lisandro... yo puedo explicarlo...- dijo el hombre acercandose lentamente a la puerta.
-Se conocen???- exclamó la chica con algo de sorpresa.
-CLARO QUE LO CONOZCO!!!- gritó Lisandro con lagrimas en los ojos - ES MI PUTO SUPERVISOR EN LA FABRICA!!! -
Joel inmediatamente se interpuso entre él y la chica. -No le grites así a Leticia Lisandro!!! Ella no es tu esposa ya, y tiene todo el derecho de rehacer su vida con quien ella decida!!!- replicó ya enojado.
Lisandro volteó a ver a ambos con unos ojos de tristeza y odio que parecían disparar las mas horribles maldiciones, hasta que luego fijó la vista en la botella que Joel traía en la mano.
-Esa botella....- gruñó Lisandro mientras cerraba el puño derecho -... me la regaló mi padre... el día de mi boda!!!-
Acto seguido le arrebató la botella de las manos y con todas sus fuerzas y coraje le soltó a Joel un puñetazo que le dio en la mandibula, que inmediatamente le tumbó dos dientes y lo mandó al suelo casi inconsiente.
-Animal!!!!!- le gritaba la asustada chica a Lisandro mientras se incaba para ver como se encontraba el lastimado Joel -Eres un Animal!!!! Lárgate!!! No te quiero volver a ver en mi vida!!!-
Lisandro se quedó inmovil un par de segundos viendo como el amor de su vida defendía a alguien más de él mismo. Su gran coraje y decepción lo hicieron presa fácil y salió corriendo de ahí a pesar de que la lluvia había aumentado de intensidad. Corrió sin detenerse toda la distancia entre la casa de Leticia hasta la de él, tardando aproximadamente una hora en recorrer el trayecto bajo la lluvia. Mientras corría lloraba desesperadamente, sentía un profundo dolor y el coraje cada vez se hacía mayor.
Llegó a su casa empapado, y su asustado perro al verlo se escondió bajo una silla ladrandole. Se tiró en el piso llorando con lo que le quedaba de energias y abrió la botella de vino, y en menos de diez minutos se la terminó.
Ya mareado por los efectos del alcohol buscó debajo de su cama otra botella que guardaba ahi y sin querer tambien sacó un enorme cuadro donde estaba resguardada, bajo un cristal muy grueso, la foto de Lisandro y Leticia el día de su boda.
La tomó con coraje y la miraba mientras abría la segunda botella de vino. Comenzaba a beber mientras lloraba y su corazón sentía un profundo coraje. Mientras afuera, una figura con un impermeable se acercaba lentamente a su casa.
Tuesday, December 18, 2007
El Secreto
A la mañana siguiente, Lisandro despertó con algo de resaca, su aliento despedía un olor impregnado a vino tinto y sus ojos semejaban a los de un adicto con un rojo intenso. Su cabeza parecía haber estado en la lavadora ya que todas sus ideas le daban vueltas, en conjunto con vagas imágenes de lo que había ocurrido la noche anterior. El día estaba nublado para variar y toda la habitación estaba en completo silencio, esta vez había despertado sin la ayuda de Hans, quien estaba acurrucado a los pies de la cama plácidamente dormido aún.
Se dirigió al baño y abrió la llave de la regadera. Mientras se bañaba no podía dejar de pensar en ese libro misterioso y en que secreto podría estar ocultando. Al igual, su piel se enchinaba al recordar a la vieja y su lúgubre voz pidiendole que se llevara aquel escrito. Salió de bañarse, se vistió con unos pantalones de mezclilla azules, una sudadera gris, chamarra negra y una bufanda que rodeaba su cuello y salió en busca del libro dirigiendose al consultorio de aquella doctora.
Mientras se dirigía al consultorio, a paso lento, se dió cuenta que la tienda a la que habia ido ayer a comprar la comida para su perro estaba cerrada, lo cual era extraño ya que era plena media mañana y todas las ventas de abarrotes estaban en su apogeo. Las nubes amenazaban con soltarse a llorar y a lo lejos se escuchaba el eco de algunos truenos perdidos que descargaban su furia en alguna ciudad cercana. Caminó de prisa al ver el consultorio a media cuadra de distancia y entró apresuradamente. Unas agradables campanas anunciaron su llegada. El recibidor, algo modesto, estaba pintado con colores beige claro, y habían algunos cuadros con paisajes de campos, mares y montañas. En la mesa del recibidor había una computadora apagada y junto a ella tres masetas que tenian claveles rojos y blancos, aun lado, se encontraba una pila de libros, de los cuales sobresalía el viejo libro que la vieja le había obsequiado a la fuerza el día anterior.
-Buenos dias!!!- dijo con agradable voz la joven doctora entrando por una puerta la cual conducía a su oficina, -Que agradable sorpresa!-
-Hola... buenos dias- respondió timidamente Lisandro -... disculpa, no quiero molestar... solo venía por un libro mío que sin querer te di ayer cuando chocamos en la calle...--Ah... si... un libro bastante viejo...- dijo mientras tomaba el libro de entre los demas que estaban apilados - ... y de donde lo sacaste?... ya lo terminaste de leer?-
-... fue un regalo... Lo leíste?- preguntó Lisandro con un tono de desconfianza mirandole a los ojos.
- Para nada...- respondió la joven con una sonrisa extendiendole la mano entregandole el libro - ... pero parece interesante, el título lo dice hay un "secreto" escrito en él, deberías de leerlo...-
-... si lo sé ... bueno gracias, no te interrumpo más, que tengas un buen dia...- dijo Lisandro mientras se dirigía a la puerta.
-Espera!...- dijo timidamente la joven caminando hacia él -... bueno... jeje como puedes ver, no tengo muchos pacientes que digamos aún, y pues como has sido la primer persona con la que tengo contacto, así que que te parece si tu eres mi primer paciente? Todo mundo necesita un psicologo no? Ademas! para que veas que soy buena onda no te cobrare absolutamente nada! Como vez?-
-Amm no gracias... la verdad ahorita estoy bien asi...- dijo Lisandro mirandola con unos ojos que reflejaban tristeza mientras volvía a dirigirse a la puerta.
-Ruptura amorosa, cierto?- replicó la chica con un brazo cruzado y el otro llevando su mano a su barbilla.
Lisandro se detiene sin voltear a verla -Uh?...- responde.
-Si... y por lo que veo no tiene mucho, un par de meses quizá, la etapa mas difícil de una separación, cuando comienzas a asimilarlo todo y te sientes infinitamente solitario, uno tiende a separarse de todo lo que le recuerde aquella relación, inclusive familia, amigos, lugares etc... Se convierte en una almejota cerrada cerrada y no permite que nadie lo moleste...- contesta la chica llevandose las manos a la cintura.
Lisandro voltea a verla con ojos de asombro e incredibilidad. La chica se dirige a la mesa y toma una agenda nueva y la abre, a su vez toma una pluma que tiene amarrada a ella un clavel rojo. -Y bien? Para que día te apunto?- dijo la chica con una sonrisa.
-Tu pluma es un clavel?- preguntó Lisandro viendola con extrañeza.
-Ah jeje sip... me encantan estas flores, las uso mucho para muchas cosas jeje... Y bien? Que día puede venir señor?- responde nuevamente con una sonrisa y llevando la pluma-clavel directamente a la agenda preparada para escribir.
-El Jueves... a las 11:00 am...- responde Lisandro mientras sale del consultorio despidiendose a señas con la mano izquierda.
Mientras caminaba por la calle miraba el misterioso libro tratando de encontrar tal vez algun secreto en la portada. Temblaban sus manos mientras lo sostenía, pues la curiosidad y el temor ya lo habían atrapado y él quería saber lo antes posible de que se trataba ese viejo escrito.
Llegó a su casa y puso el libro en una pequeña mesa, fue a la cocina, le sirvió agua a su perro en una bandejita roja pequeña y él se sirvió una taza de café. Debido a las fiestas decembrinas la fábrica donde Lisandro laboraba estaba cerrada y el tendría dos semanas de vacaciones para compartirlas con su soledad.
Se sentó frente a la mesa y cuando estaba a punto de abrir el libro, comienza a sonar el telefono de su casa.
-Bueno?- dijo Lisandro llevandose el auricular al oido.
-Lisandro?? Estas bien?? Jajaja como amaneciste borracho!!!??- dijo una voz que no podía ocultar risas de burla.
-Marianna? Jeje, bien... estoy bien, con un poco dolor de cabeza pero bien... solo con las clásicas lagunas mentales...-
-Ay como eres tonto eh? Jejeje nos quedamos preocupados cuando te fuiste con tu amiga esa... la Patri no paraba de decir "Joder!!... pero que coños le pasa a este tío que nos ha dejado por esa amigucha suya? Joder!!! Joder!!!" jajajaja y el pobre del Tori tratando de calmarla por que ya estaba bien borracha jajajaja...-
-Amiga mia?- dijo Lisandro interrumpiendo a su amiga -... que amiga?!?-
-Ay no jodas Lisandro!! jajajaja como que no te acuerdas??- respondió entre risas -... pues esa muchacha que estuvo platicando contigo gran parte de la noche y se ofreció a llevarte a tu casa por que ya andabas bien "out"...-
-La verdad no me acuerdo Marianna..- dijo Lisandro llevandose el telefono al hombro y recargandose en él con el cuello mientras sujetaba con ambas manos el libro -... pero luego lo averiguaré ahorita tengo cosas importantes que hacer...-
-Mmm que cosas? Seguir valiendo madres? Jajaja estoy jugando... bueno, te dejo por que yo SI tengo trabajo... recuerda la fiesta de ex-alumnos el Miercoles ok? ahi nos vemos! Byeee!!-
-Ok...Bye...- dijo Lisandro mientras colgaba el teléfono.
Tomó el libro y de un movimiento rápido y seguro lo abrió en la primer página, donde había escrito con pluma una dedicatoria en manuscrita que apenas era legible: "Para mi diva, mi inspiración, el secreto para ser juntos eternos y todo mi amor... S.F.". Lisandro dió vuelta a la página sin tomar mucho en cuenta la anterior y en la segunda página se encontraba impreso el título del libro junto con el nombre del autor "El Secreto por M.Z. II" . Justo debajo de el titulo estaba escrito con pluma una serie de garabatos y letras que no se entendían muy bien, los trazos eran torpes, como escritos por algún niño pequeño. Volvió dar vuelta a la página, llegando asi al prólogo que decía:
"En tus manos tienes una revelación de magnitudes titánicas, todo aquel que pueda entender el contenido de éste libro tendrá la eternidad sumergida en un mar de felicidad y jamás envejecerá, atrévase a entrar en territorio de Dios y desafiar todo aquello que es aparentemente indesafiable. La vida y la luz son uno mismo, aprenda a ver sin sus ojos y oir sin sus oidos. Existen dos aves, una negra y una blanca, a prenda a volar sobre ellas y sumergirse en lo misterioso. Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido...". La continuación del escrito del prólogo estaba borrosa por que alguna vez un líquido calló sobre esa hoja y corrió la tinta. Pero eso no importaba, lo poco que había leído Lisandro era mas que suficiente como para querer involucrarse en aquel escrito.
Monday, December 17, 2007
El Secreto
Un par de semanas habían pasado desde que Lisandro había decidido vivir solo a las afueras de la ciudad. Un perro pequeño, una vieja grabadora y una guitarra eran sus únicos compañeros de habitación. No se requería de gran espacio para un sujeto delgado, de estatura mediana, nariz afilada y una trizte mirada siempre perdida en el espacio, y su hogar se resumía en una habitación con cocineta, una ventana, su cama, un buró con su radio y un baño.
Ese día, Lisandro se despertó por los ladridos de su pequeño amigo que le recordaba que la hora del desayuno había pasado hace dos horas. Se levantó de la cama con una mirada perdida y al hacerlo miro fijamente a su perro -si, ya voy... ya voy, te escuché la primera vez...- dijo mientras se dirigía a la alacena para buscar el alimento para el pobre animal.
-Maldita sea... si yo compré tu comida apenas hace tres días.. y ya se ha acabado?- replicó mientras revoloteaba todas las latas de la alacena sin encontrar nada. Lisandro frunció el seño se puso los pantalones y los zapatos, guardó su cartera en su bolsillo trasero y se dirigió a la puerta. -En un momento vuelvo... te traeré mas comida pero por el amor de Dios ya callate...- dijo siendo respondido solo por los desesperados ladridos de su compañero.
Salió a la calle, se respiraba una fría humedad, resultado de las lluvias de invierno. La calle a medio pavimentar albergaba pequeños huecos rellenos de agua que, junto a las grietas que se dibujaban en el asfalto, le daban un toque tétrico al paisaje desolado. El sol que se asomaba entre las nubes no ayudaba mucho en contra del frío viento que soplaba, y fue ahí cuando Lisandro se reprochaba por haber dejado el abrigo en casa.
Apretó el paso hasta llegar a una tienda que estaba abierta a pocas cuadras de su hogar. Al entrar al establecimiento unas extrañas campanas anunciaron su llegada al cruzar la puerta, y solo se veía la gran figura de la señora que atendía el establecimiento, una vista no muy agradable.
Con alrededor de 60 años de edad y una estatura de 1.88 mts, no le era fácil ocultar su perturbante persona: evidente sobrepeso, sus grandes y gruesos brazos dibujaban azules y rojas calles a causa de las estrías, y sus pantorrillas autopistas. Esporádicos bellos faciales le quitaban lo poco femenino que alguna vez pudo tener y un parche le cubría el ojo derecho que le había dejado de existir tiempo atrás. Nunca decía ni una sola palabra ni se movía de lugar, solo miraba vigilante a sus clientes con su único ojo, y, se decía que si alguien intentaba robarle algo, sin tocarse el corazón le hacía brujería hasta que el pobre incauto moría.
Lisandro recorrió los pasillos de prisa, tratando de encontrar lo antes posible el alimento de su animal, un poco nervioso tardó en percatarse que las bolsas de comida para perro estaban detrás del mostrador. Temeroso se acercó a la señora y con una voz quebrada dijo -... di... disculpe, quisiera una bolsa de alimento para perro porfavor...-.
Sin decir nada, la señora se levantó de su silla y se dirigió hacia las bolsas que estaban atrás de ella, al hacerlo dejó al descubierto un cuadro con una fotografía vieja, donde se encontraba una hermosa mujer tomada del brazo de un apuesto señor con aspecto europeo. Lisandro se quedó viendo como hipnotizado los hermosos ojos de aquella bella dama, era preciosa, increiblemente preciosa. Despues se percató de que el señor en la fotografía sostenía un libro con su mano izquierda, y se alcanzaba a ver el título del libro: "El Secreto".
En ese momento la señora regresó con la bolsa de alimento para perros y de un azotón la puso sobre la mesa, mirando con enfado al curioso cliente que no dejaba de mirar la fotografía. -Wow..- exclamó Lisandro -... si ese libro tiene el secreto para tener una chica así yo lo quiero... jejeje- .
Al escuchar el torpe comentario de Lisandro, la vieja comenzo a reirse de una forma un poco grotesca, ya que al comenzar a reir, la señora evidenciaba su precaria situación dental y emitia un olor fétido, como el de un perro atropellado de hace dos días. Entonces, y sin dejar de reir, la vieja abrió un pequeño cofre que estaba debajo del mostrador y de ahi sacó un viejo libro, carcomido un poco por el paso del tiempo, sin embargo en la pasta se alcanzaba a leer aún el título del mismo.
-"El Secreto"?... Pero... esto quiere decir...- en ese momento Lisandro fue interrumpido bruscamente por la horrible voz de la vieja -... llévatelo.... llévatelo... LLEVATELO!!! LLEVATELO!!! -
La señora repetia esa misma palabra una y otra vez y cada vez más y más fuerte, al ver como su ojo lo miraba fijamente mientras ella gritaba, Lisandro entró en pánico, tomó el alimento para perros y el libro y salió corriendo de la tienda.
Al doblar en la esquina de la cuadra, y por estar corriendo de prisa sin poner atención, Lisandro choca con una joven de bata blanca, tirandole los libros y papeles que llevaba ella en las manos.
-Lo.. lo lamento muchisimo...- dijo Lisandro mientras levantaba el desastre de hojas que él había provocado. - Oh... no te apures, yo tampoco me estaba fijando por donde iba..- contestó la amable joven mientras se incaba de igual forma a recojer las hojas del suelo. Cuando por fin lograron apilar de nuevo las hojas y los libros se levantaron. - Realmente lo siento mucho, no me fijé por donde iba...- dijo Lisandro mirando al suelo. -No te preocupes, pero... te pasa algo? tienes una cara como si hubieras visto al mismo demonio...-.
-Estoy bien, no te preocupes...- dijo Lisandro sujetando la comida para perro con las dos manos. -Disculpe por el percance señorita...-.
-Ori...- respondió la joven -Mi nombre es Orizshna, me acabo de graduar de la facultad de psicología y aqui mismo en esta calle estoy abriendo mi consultorio... pero mis amigos me dicen Ori -
- Oh... mi nombre es Lisandro...- contestó estirando la mano para estrecharla -... yo vivo a una calle de aquí... mucho gusto Dra. Orizshna...-
-Igualmente... realmente soy nueva en el vecindario, así que no conozco a mucha gente... te agradecería si pudieras ayudarme a promoverme con tus amistades y familiares...- dijo la joven mientras estiraba la mano para darle su tarjeta de presentación.
-Gracias...- dijo Lisandro tomando la tarjeta y guardandola en su bolsillo -... bueno, debo retirarme, suerte en tu consultorio...-
Lisandro se retira a paso apresurado, dejando atrás a la sorprendida joven que se queda viendo como se aleja aquel desconocido.
En la siguiente esquina escucha una voz familiar proveniente de un vehículo haciendo el alto: -Hey amigo!!! Lisandro!!! Ocupas raite? Subete!!-
Lisandro sube al auto de inmediato -Toribio! Amigo... he he... hace rato que no sabía nada de ti...- dijo Lisandro con una voz un poco sofocada.
-Tu eres el que desaparece así nomas...- respondió el conductor volteando a ver el retrovisor -... amigo ya te dije que no tienes por que vivir tú solo en este lugar tan apartado de la ciudad, sabes que siempre serías bienvenido en mi casa, a Patri no le importa...-
-No te preocupes... tu y tu esposa no tienen que ver por mi... ya estoy algo grandecito para cuidarme solo no crees?...- dijo con la respiracion algo agitada mirando por la ventana del carro.
-Eres mi mejor amigo y lo sabes cabrón...- replicó Toribio -te conozco, y se que no estas bien... desde tu divorcio con Lett...-
-Letty no tiene nada que ver ya...- contestó interrumpiendo algo molesto mientras sujetaba la comida para perro contra su pecho y respiraba rapidamente.
-Te pasa algo? Desde que te vi en la calle tenias un aspecto... algo asi como si hubieras visto al diablo...- comentó Toribio mientras doblaba a la derecha en la cuadra donde vivia Lisandro.
-... algo así... solo que...- en ese momento, Lisandro se percata que no trae el libro con él, - Shit!! el Libro!!!! se lo quedó ella!!!!-.
-Libro? Ella?? De que hablas??- dijo el confundido Toribio.
-Tenemos que ir por el!!! Da vuelta en U y regresa a la calle donde estabamos...- respondió el agitado Lisandro mientras sacaba de su bolsillo la tarjeta de presentación para ver la dirección.
Toribio regresó a la calle donde estaban anteriormente y bajo la velocidad para ver los numeros de las casas y negocios.
-Avenida Jefferson 887 ... aquí es!! detente!- Dijo Lisandro mientras se bajaba corriendo dirigiendose a la puerta del lugar. Un local recien pintado de color azul cielo con una puerta de cristal con una reja blanca, se podía leer a un lado de la puerta un letrero donde estaba escrito: "Dra. Orizshna psicologa y psicoterapeuta especializada" .
En ese momento Lisandro intenta abrir la puerta, la cual se encuentra cerrada... -Oh no... maldición.. abre...- balbusea mientras comienza a tocar el timbre como desesperado.
-Amigo, creo que esta cerrado... no esperaras que en pleno domingo haya alguien tomando consultas aqui, a parte... el lugar parece nuevo... no creo que haya estado abierto antes... tendrás que venir mañana...- dijo Toribio mirando de lejos el lugar.
-Demonios!!- gritó Lisandro mientras se recargaba en la puerta.
-Tranquilo amigo...- comento Toribio mientras se acercaba a su frustrado amigo -... sea lo que sea que buscas de seguro lo encuentras mañana... que tal si vamos a pistear por ahí con los amigos? Marianna me llamó y dijo que iría con algunos amigos al bar del centro... vamos un rato y sirve que despejas tu mente...-
-De acuerdo... pero primero tenemos que ir a dejarle de comer a Hans... que ha de estarse muriendo de hambre...- Dijo con la vista en el suelo mientras se dirigia al automovil. Mientras alguien se asomaba de la ventana del segundo piso a travéz de las cortinas sin ser visto. Los dos jóvenes subieron al carro y partieron de ahí.
[... Ok, esta es mi primer historia, y es una de horror... tal vez aun no lo parezca, pero poco a poco irá tomando forma... publicare la continuación pronto... en el siguiente post...]
Sunday, December 16, 2007
Duelo
El desengaño es un sentir tan amargo como un trago de vinagre y a veces es acompañado por espinas de rosas que alguna vez sirvieron para proteger algo muy bello, pero diganme... Cual es la función de las espinas cuando la rosa se seca?
Son inútiles, solo lastiman sin razón y a veces estorban. Yo veo a yayo como una espina sin rosa, y es algo molesto darme cuenta que soy parte de él.
Pero en si, debe haber un equilibrio, y si yo existo es precisamente por eso. Odio el creer en algo y luego ver que fue mentira, me hace sentir tan estúpido. Acaso no es eso frustrante?? Y es algo tan común entre las personas.
Que weba, al darme cuenta que lo que siento ya lo sintió alguien mas, no somos originales, solo simples copias que van como en produccion en serie de alguna maquiladora de segunda.
Y mi elección fue y es, vivir un eterno duelo, un duelo que mi contra parte no fue capaz de llevar. Solo para fingir que siento algo que nadie más ha sentido.
Rayos hoy si que estoy de flojera, no se por que estoy escribiendo. Tal vez la mera costumbre de seguirme a donde quiera que voy.
Friday, December 14, 2007
Querida, hay una buena razón por la cual estas mesas están numeradas...
Por que? Bueno, es fácil para ponerlo de excusa a la necesidad que tiene el ser humano de "proteger" algo o a alguien. Piénsalo, los seres humanos tenemos instintos también, pero los tratamos de ocultar por el hecho de sentirnos superiores a los demás animales, pero la realidad es que sin la inteligencia el ser humano es nada.
La fisionomía de una persona es una aberración natural, es un error en la naturaleza, que otro animal camina erguido en solo dos piernas? Los mismos científicos definen el caminar humano como "una serie de caidas controladas". No somos los más rapidos, no somos los más fuertes, no volamos ni podemos vivir en el agua. Pon a un cristiano ( y digo cristiano por no decir wey, persona, individuo etc.. no por que tenga algo en contra de los individuos que son fanáticos de la religión.... espera... si, si tengo...) contra un perro... un simple perro en un lugar donde no haya donde esconderse y sin inteligencia. Quién gana? Pos si, el perro.
A donde voy con todo esto? Pues, cuando estás enamorado tratas de demostrar tonterías así, los celos te hacen querer demostrar que eres más fuerte, más rapido, más inteligente... pero OH ERROR, cuando estás enamorado serás toooodo lo que quieras menos inteligente y que es el ser humano sin la inteligencia que es lo UNICO que tenemos sobre los demás animales? Nada.
Uno deja de ser independiente y se hace esclavo de un sentimiento y de otra persona que a su vez puede ser esclava de otros sentimientos ( o inclusive de otros individuos y eso esta mas cabrón) y es una cadenita que al final hace que todo valga madre.
Ahora bien, que es el "amor" más que otra razón que para tener alguien con quién tener relaciones? (digo "tener relaciones" por no decir cojer, fornicar, echarse a, tirarse a, por que eso seria demasiado vulgar, inclusive para este blog que es escrito por L que es un valemadrista de primera) Por que vamos, de eso se trata. Todos los seres vivos lo hacen para "preservar" la especie. Solo que los humanos nos tomamos esa tarea muy en serio.
Amargado pueden decirme. Pero trato de ser lo más cientifico posible con todo esto, por que es la verdad, y eso no lo vemos cuando andamos idiotizados (no tiene nada que ver que el idiota del yayo ande valiendo winni con sus sentimientos el que yo diga esto).
Yo creo que todo sería mas fácil si naciéramos con un numerito de esos que se ponen en las mesas de los salones de eventos, y asi las personas que tuvieran el mismo número se encargaran de preservar la especie y así, igual y luego se podria hacer como una loteria para cambiar los numeritos, o no se... es lo mismo de todos modos.
Que jodido se ha de sentir que regales un vestido a una morra para que alguien más se lo quite jajaja. (no se por que pero escribi esto por que me pareció que sería una buena frase para mi primer rola y no quería que se me olvidara).
Thursday, December 13, 2007
Lástima
Nada, ya no hay nada y no lo habrá jamás, por que, aunque sea ciencia cierta de que algún día ella se va a arrepentir, tu ya no estaras ahí para ella... por que tú ya habrás llorado todo el amor que sientes y sentiste y no quedará nada para ella.
Se acabó, definitivamente se acabó y tienes que ser mas fuerte que eso. Más fuerte. Tú no la perdiste, por que tal vez nunca la tuviste, ella fue la que te tiró al olvido, ella te perdió. Yo la odiaría pero se que tu no, pero tienes que aprender a ser indiferente a ella. Ni una lágrima mas me oiste? No merece que llores ni una lágrima mas.
No estamos para causar lástimas, tenemos muchas cosas por delante que debemos hacer. Por que el tercer Lizardo tiene que demostrar que los dos anteriores han sido grandes, tenemos que honrar el honor de nuestra familia, de nuestro nombre, de nuestra historia; nosotros cerramos el circulo de la dinastía mas fuerte que hay, del agua, del nombre que llevamos, NO existen las coincidencias. No existen.
Seremos más por que nosotros tenemos algo que tal vez los demás nunca tendran, una familia unida, y un honor que defender, por que al menos sabes y sé, que nuestro linaje esta de nuestro lado.
Cierra ya ese puto libro y comencemos con otro, el que escriba nuestras más grandes glorias, el que nos hará eternos.
Wednesday, December 12, 2007
Irrelevancia
Me lo he dicho tantas veces.
Irrelevancia, todo pasa a ser una simple irrelevancia en la vida, al final no importará. Por más que preguntes cosas que no te corresponda saber, no te llegaran las respuestas en tu lecho de muerte. No existe esa clase de piedad.
Irrelevancia absurda, estúpida, que no lleva a ningun lado. Si no fue así ni modo, punto y a parte. No esperes que los demás despierten... DESPIERTA TU!!!
Los demás no te piden permiso para respirar; Por que demonios tendrías que hacerlo tu?!?
Tu tristeza es irrelevante, NO detiene al mundo y mucho menos a los demás. Ellos siguen existiendo por que para ellos tu eres irrelevante para su existencia, por que ellos tienen que ser relevantes para la tuya???
Estoy cansado de tu debilidad ante estas situaciones... sigue siendo asi y tomaré yo el control y tu pasarás a ser, una simple irrelevancia en la vida.