Otra vez aquí, es nostálgico y extraño a la vez... pero ahora mi único propósito es el explorar que tanto puedo ofrecer como un escritor de ciencia ficción oscura.
Pensaré en que historia continuar y próximamente comenzaré...
Lisandro sonrie y sus tristes ojos se iluminan con un poco de esperanza -Gracias... muchas gracias...- responde en voz baja mientras la abraza.
Al terminar de empacar, Lisandro,Lodi y Hans se dirigen hacia la casa de la chica que está a las afueras de la ciudad, subiendo la montaña en medio de un pequeño bosque perdido entre las sierras. Durante el camino Lisandro se recarga en la ventana y comienza a ver el paisaje, pensando, soñando despierto, con una gran ilusión por la gran noticia que acababa de recibir, tan grande que parecía opacar todas las desgracias que le habían ocurrido en tan solo un par de días. En ese momento llama su atención el libro, que estaba sobre el tablero del carro. Lisandro sentía una sensación extraña en ese momento, como si el libro lo estuviera viendo fijamente.
-Deberías tirar ese libro...- dijo Lodi con la mirada en el camino mientras conducía.
-Por qué?- respondó Lisandro sin quitarle la vista al libro.
-Me da miedo...- contestó Lodi con la voz un poco quebrada -... no se que tiene pero me da muy mala espina...- .
-Tranquila, es solo un libro... un libro nunca ha matado a nadie...- dijo Lisandro en tono de broma.
Estaba atardeciendo ya cuando por fin llegaron a la casa. Era muy bonita, grande de dos pisos con un gran jardin en la parte delantera. La casa no estaba directamente en el suelo sino que estaba sobre unos soportes de madera gruesa, ya que, al estar subiendo una montaña, no había terreno llano donde se pudiera construir directamente en el suelo. La construcción entera era de madera y estaba pintada de un color café oscuro con techo de teja amarilla. Sobresalía un gran ventanal que iba desde el piso de abajo hasta el de arriba. El jardín frontal tenía toda clase de vegetación y dibujaba un caminito de piedritas que en el punto medio del jardin se convertía en escaleras que subían a la puerta principal de la casa.
Lodi estacionó su carro frente a la casa -Wow!! Esta es tu casa??- dijo Lisandro asombrado mientras se bajaba del carro.
-Sip...- respondió Lodi sonriendo -... fué una herencia de mi abuelo, él me crió desde niña y fue como un padre para mi- .
Hans se bajó del carro ladrando de alegría y comenzó a olfatear cada rincón del jardín, mientras Lisandro se echaba a la espalda la mochila donde había empacado su ropa y tomaba el libro con la mano izquierda. -Tu casa es sin duda hermosa...- dijo con una sonrisa.
Lodi asintió con la cabeza y dirigió a Lisandro y a Hans a la entrada de la casa. Abrió la puerta y Lisandro se asombró de inmediato. La casa tenía un recibidor enorme con un gran espejo en la pared, dos sillones y se podia ver un pequeño balcón del segundo piso con un barandal de metal negro. Había una mesita con varias fotos familiares y un pasillo que conducía a la sala, la cual tenía una puerta de cristal que daba al jardín posterior. A lado derecho del recibidor comenzaban unas escaleras de caracol que llevaban al segundo piso de la casa. A la izquierda había un segundo pasillo que llevaba a una gran cocina donde había una alacena con mucha comida y un gran refrigerador color plata.
-Repito que sigo asombrado por tu casa, es muy bonita...- dijo Lisandro mientras volteaba a ver todo a su alrededor.
-Jeje, Gracias! Pero aún no te muestro mi parte favorita de la casa, ven acompañame!- respondió Lodi dirigiendose a las escaleras.
Lodi subió las escaleras de prisa y Lisandro la siguió de cerca. Al llegar a la parte de arriba Lisandro no podía creer lo que veía. Era un enorme piano de cola color blanco justo enfrente de un enorme ventanal que daba una hermosa vista al valle y las montañas, se podía ver varios kilometros de hermoso paisaje gracias a la altura donde se encontraba construida la casa. Lodi tomó de la mano al sorprendido Lisandro y lo llevó justo frente al piano. -Aquí serás capáz de recuperarte por completo, ya veráz!- le dijo Lodi en voz baja a un Lisandro completamente asombrado.
En la pared posterior al piano, habia un pasillo donde habían tres puertas las cuales eran las habitaciones principales de la casa, ya que contaba con una habitación en la planta baja para visitas. Lodi le asignó una habitación muy bonita y amplia a su huesped alfombrada de color azul marino, con una gran ventana y cortinas del mismo color, una mesita aun lado de la cama con una lamparita en forma de barco velero.
Lisandro llevó su mochila a su cuarto y se sentó en la cama, Hans se acurrucó aun lado de la cama y se echó a dormir, mientras él comenzaba a quitarse los bendajes de la mano esperando que un milagro le regresara la salud de su lastimada mano. Al terminar de quitarlo sus ojos se cristalizaron al ver la horrible realidad; una enorme costura partía su mano a la mitad, comenzando de entre sus dedos anular y medio hasta casi llegar a la muñeca partiendo su palma de la mano. Las costuras negras hacian un lúgubre contraste con el rojo oscuro de la sangre coagulada que se asomaba de entre las puntadas y de la linea formada por las múltiples cortadas. Se recostó en la cama pensativo hasta que anocheció.
Al abrir los ojos se percató que ya eran las once y media de la noche... la casa estaba en completa oscuridad y sólo alumbraba la lamparita que tenia en el buró aun lado de su cama. Se sentó en la cama y miró el libro a un lado de la lamparita. Intoxicado por la curiosidad de seguir leyendo se levantó de la cama y se dirigió hacia él, pero cuando estaba a punto de tomarlo, el piano de Lodi comenzó a sonar. Dejandose llevar por el sonido del piano se dirigió hacia él olvidandose por completo del libro. Lentamente se acercaba a la puerta de su cuarto, con una extraña combinacion de temor y curiosidad, esa extraña melodía no parecía de este mundo y estaba a punto de descubrir de donde provenía.
La luz que se colaba de entre las cortinas y los cánticos de las aves que anunciaban la mañana despertaron a Lisandro