El espantapájaros

Capítulo 1 "Nubes de hojas grises"

El tráfico del medio día no ayudaba en lo más mínimo a mejorar el estado de ánimo de Manuel, quién regresaba a su casa del trabajo 5 horas antes de lo acostumbrado. La crisis económica había golpeado con fuerza la fábrica donde él trabajaba, obligando a los altos ejecutivos a recortar personal. Mala suerte para para él que fuese uno de los infortunados.
Mientras se dirigía a su casa trataba de distraer sus pensamientos con música de rock pesada, su favorita. A sus 24 años de edad, tan sólo había trabajado por tres semanas antes de aquel día, y pensaba en que rumbo tomaría su vida ahora que volvía al trágico mundo del desempleo.
El día soleado, camuflajeaba perfectamente el invierno y algunas aves confundidas comenzaban a hacer un gran revuelo en los árboles que adornaban el camellón de la avenida.

Al llegar a su casa vió la camioneta de su madre con la cajuela abierta, como si acabara de llegar del mandado. Dudó un par de segundos en bajarse del auto ya que no sabía de que forma decirle a su madre que tendría que volver a ser un mantenido, por lo menos otra temporada.

-Manuel?- dijo su madre mientras salía de la casa rumbo a la camioneta, - que haces tan temprano aquí mijo? Acaso los jueves sales antes?-
Manuel se acercó un par de pasos y titubeante respondió -... pues con la novedad que ya no tengo trabajo, hubo recorte de personal y pues, me tocó madre...-

La señora no demostró enfado alguno en la noticia de Manuel, lo había tomado mucho mejor de como él esperaba y mientras bajaba unas bolsas del carro replicó -Hijole mijo, pues ni modo, habrá que empezar a buscar de nuevo... por el momento está bien así, por que podrás cuidar a tu hermano mientras no estemos-.
-A cabrón... pues a donde van?- respondió con asombro Manuel.

-Papá se ganó un viaje para dos personas a Europa por todo un mes!!! y nos vamos mañana en la tarde!!!- dijo la señora con una gran sonrisa en su rostro.
-Orale... que chilo.. pero no crees que es un poco presipitado?- respondió Manuel llevándose una mano a la nuca.

-Si, pero por eso he ido al mandado para llenarles la alacena con comida... haber mijo ayudame a bajar esa caja de la camioneta...-

Manuel se acerca y levanta una pesada y grande caja color rojo que estaba en la cajuela. -Ay wey... que es esto que pesa tanto?-

-Un espantapájaros para el jardín... acabo de sembrar mis petunias y no quiero que los pichones lleguen y se coman las semillas como el año pasado...- Respondió su madre mientras levantaba otras dos bolsas de mandado -...quiero que lo pongas al ratito en el jardín de atrás... quiero ver como se ve antes de irme- añadió.

-Está bien...- dijo con desenfado Manuel.

Tomó la caja con ambos brazos y se dirigió al patio de atrás de su casa. Manuel vivía en el residencial Hacienda San Pablo, el más exclusivo de la ciudad. Su casa era muy grande, de dos plantas, cuatro habitaciones, un balcón con sillas que tenía vista al gran patio posterior con muchas plantas y un asador.
Acostó la caja aun lado de la puerta trasera de la casa y entró a su casa por un cuchillo para cortar la tapa de la caja y comenzar a armar el espantapájaros.
Al volver a salir vió que la caja del espantapájaros ya estaba abierta cortada cuidadosamente de los vértices, mostrando el contenido, todo listo para comenzar a armarlo. -Ay mi madre tan desesperada...- suspiró dejando el cuchillo en el piso y tomando las piezas para armarlo.

El día comenzó a cubrirse con nubes grises, cómo las hojas del árbol que lo cubría de sombra...