
Wednesday, April 9, 2008
Total Eclipse

Tuesday, February 26, 2008
El Secreto
El sol comenzaba a descender cuando llegaron a la casa de Lisandro. Lodi estacionó el carro en la cochera de la casa, que hacía mucho tiempo no tenía nada que guardar ya que Lisandro no tenía automovil.
Ambos se bajaron de vehículo color azul claro y se dirigieron a la puerta.
- Espero no te asustes al ver el cochinero que tengo en casa...- dijo Lisandro mientras abría la puerta.
Al hacerlo, el pequeño Hans corrió y saltó a sus brazos saludandolo a lenguetazos muy afectuosamente.
-Que lindo perrito!!! - dijo Lodi mientras lo acariciaba.
-Si es lindo... pero a veces es una verdadera batalla... toma...- respondió Lisandro mientras le entregaba el animal a Lodi - iré por algo de ropa...-.
Al dar un par de pasos se escuchó el tronido de vidrios, es ahí cuando Lisandro voltea al piso y ve el enorme cuadro con el vidrio hecho pedazos y sangre por todos lados. Era una imagen aterradora, demasiada sangre como para haber sido una herida en la mano solamente, y habia cubierto gran parte de la fotografía, tiñendo de rojo las sonrisas de Lisandro y Leticia. Herido en su orgullo, Lisandro no se inmutó ante aquella aterradora imagen y pisó sobre la fotografía para dirigirse a su closet.
Sacó de él una mochila y comenzó a guardar ropa. Lodi, por su parte, inspeccionaba la habitación y sentía tristeza al ver la soledad que estaba impregnada en las paredes del inmueble. De pronto su atención fue acaparada por una lucesita que parpadeaba en el teléfono. -Oye creo que tienes un mensaje de voz en tu contestador- dijo Lodi mientras ponía en el suelo al pequeño Hans y se dirigía al teléfono.
-... ah si?...- dijo Lisandro sin prestarle mucha atención a Lodi mientras seguia empacando.
En ese momento Lodi presionó el boton del contestador para escuchar los mensajes. -Buenos días Sr. Lisandro, habla Raúl García Director de la estacion XCH. Le hablo con gusto para comunicarle que hemos conseguido una entrevista para usted con el productor Samuel, uno de los mejores del pais este Jueves a las cinco de la tarde en nuestras oficinas. Por favor de presentarse media hora antes y estar preparado para su audición. En horabuena!!!-
El rostro de Lodi se iluminó en un instante y una gran sonrisa se dibujo en su rostro. -Dios mio!!! Sabes quien es Samuel??? Es uno de los mejores productores del pais!!! Uno de los más exitosos!!! Si le gusta a él tu música tienes tu futuro y tu sueño asegurados!!!!!- gritaba Lodi de alegría.
Lisandro por su parte, estaba perplejo con la mirada perdida en el espacio, no podía creerlo, él había esperado tanto tiempo para ese momento, y por fin ahí estaba.
-Si!!! Al fin!!! Jajajajajaja- gritó Lisandro de alegría -... despues de tanto tiempo!!!- .
En ese momento Lisandro corre a lado de Lodi y la toma por los hombros con una sonrisa, pero en ese instante resiente su mano y se acuerda el estado en el que está. El rostro de Lisandro cambió drasticamente mientras miraba su mano, pero Lodi lo abraza y le dice -No te preocupes... yo te ayudaré a que tu manita este bien para el jueves, ya veráz en mi casa practicaremos con el piano y te dare unas terapias... vas a ver que lo lograrás, te lo prometo!!-
Lisandro sonrie y sus tristes ojos se iluminan con un poco de esperanza -Gracias... muchas gracias...- responde en voz baja mientras la abraza.
Al terminar de empacar, Lisandro,Lodi y Hans se dirigen hacia la casa de la chica que está a las afueras de la ciudad, subiendo la montaña en medio de un pequeño bosque perdido entre las sierras. Durante el camino Lisandro se recarga en la ventana y comienza a ver el paisaje, pensando, soñando despierto, con una gran ilusión por la gran noticia que acababa de recibir, tan grande que parecía opacar todas las desgracias que le habían ocurrido en tan solo un par de días. En ese momento llama su atención el libro, que estaba sobre el tablero del carro. Lisandro sentía una sensación extraña en ese momento, como si el libro lo estuviera viendo fijamente.
-Deberías tirar ese libro...- dijo Lodi con la mirada en el camino mientras conducía.
-Por qué?- respondó Lisandro sin quitarle la vista al libro.
-Me da miedo...- contestó Lodi con la voz un poco quebrada -... no se que tiene pero me da muy mala espina...- .
-Tranquila, es solo un libro... un libro nunca ha matado a nadie...- dijo Lisandro en tono de broma.
Estaba atardeciendo ya cuando por fin llegaron a la casa. Era muy bonita, grande de dos pisos con un gran jardin en la parte delantera. La casa no estaba directamente en el suelo sino que estaba sobre unos soportes de madera gruesa, ya que, al estar subiendo una montaña, no había terreno llano donde se pudiera construir directamente en el suelo. La construcción entera era de madera y estaba pintada de un color café oscuro con techo de teja amarilla. Sobresalía un gran ventanal que iba desde el piso de abajo hasta el de arriba. El jardín frontal tenía toda clase de vegetación y dibujaba un caminito de piedritas que en el punto medio del jardin se convertía en escaleras que subían a la puerta principal de la casa.
Lodi estacionó su carro frente a la casa -Wow!! Esta es tu casa??- dijo Lisandro asombrado mientras se bajaba del carro.
-Sip...- respondió Lodi sonriendo -... fué una herencia de mi abuelo, él me crió desde niña y fue como un padre para mi- .
Hans se bajó del carro ladrando de alegría y comenzó a olfatear cada rincón del jardín, mientras Lisandro se echaba a la espalda la mochila donde había empacado su ropa y tomaba el libro con la mano izquierda. -Tu casa es sin duda hermosa...- dijo con una sonrisa.
Lodi asintió con la cabeza y dirigió a Lisandro y a Hans a la entrada de la casa. Abrió la puerta y Lisandro se asombró de inmediato. La casa tenía un recibidor enorme con un gran espejo en la pared, dos sillones y se podia ver un pequeño balcón del segundo piso con un barandal de metal negro. Había una mesita con varias fotos familiares y un pasillo que conducía a la sala, la cual tenía una puerta de cristal que daba al jardín posterior. A lado derecho del recibidor comenzaban unas escaleras de caracol que llevaban al segundo piso de la casa. A la izquierda había un segundo pasillo que llevaba a una gran cocina donde había una alacena con mucha comida y un gran refrigerador color plata.
-Repito que sigo asombrado por tu casa, es muy bonita...- dijo Lisandro mientras volteaba a ver todo a su alrededor.
-Jeje, Gracias! Pero aún no te muestro mi parte favorita de la casa, ven acompañame!- respondió Lodi dirigiendose a las escaleras.
Lodi subió las escaleras de prisa y Lisandro la siguió de cerca. Al llegar a la parte de arriba Lisandro no podía creer lo que veía. Era un enorme piano de cola color blanco justo enfrente de un enorme ventanal que daba una hermosa vista al valle y las montañas, se podía ver varios kilometros de hermoso paisaje gracias a la altura donde se encontraba construida la casa. Lodi tomó de la mano al sorprendido Lisandro y lo llevó justo frente al piano. -Aquí serás capáz de recuperarte por completo, ya veráz!- le dijo Lodi en voz baja a un Lisandro completamente asombrado.
En la pared posterior al piano, habia un pasillo donde habían tres puertas las cuales eran las habitaciones principales de la casa, ya que contaba con una habitación en la planta baja para visitas. Lodi le asignó una habitación muy bonita y amplia a su huesped alfombrada de color azul marino, con una gran ventana y cortinas del mismo color, una mesita aun lado de la cama con una lamparita en forma de barco velero.
Lisandro llevó su mochila a su cuarto y se sentó en la cama, Hans se acurrucó aun lado de la cama y se echó a dormir, mientras él comenzaba a quitarse los bendajes de la mano esperando que un milagro le regresara la salud de su lastimada mano. Al terminar de quitarlo sus ojos se cristalizaron al ver la horrible realidad; una enorme costura partía su mano a la mitad, comenzando de entre sus dedos anular y medio hasta casi llegar a la muñeca partiendo su palma de la mano. Las costuras negras hacian un lúgubre contraste con el rojo oscuro de la sangre coagulada que se asomaba de entre las puntadas y de la linea formada por las múltiples cortadas. Se recostó en la cama pensativo hasta que anocheció.
Al abrir los ojos se percató que ya eran las once y media de la noche... la casa estaba en completa oscuridad y sólo alumbraba la lamparita que tenia en el buró aun lado de su cama. Se sentó en la cama y miró el libro a un lado de la lamparita. Intoxicado por la curiosidad de seguir leyendo se levantó de la cama y se dirigió hacia él, pero cuando estaba a punto de tomarlo, el piano de Lodi comenzó a sonar. Dejandose llevar por el sonido del piano se dirigió hacia él olvidandose por completo del libro. Lentamente se acercaba a la puerta de su cuarto, con una extraña combinacion de temor y curiosidad, esa extraña melodía no parecía de este mundo y estaba a punto de descubrir de donde provenía.
Friday, January 18, 2008
El Secreto
La luz que se colaba de entre las cortinas y los cánticos de las aves que anunciaban la mañana despertaron a Lisandro
Se encontraba acostado en una cama ajena a la suya, con sábanas blancas y una cobija delgada y verde. En la esquina superior izquierda del cuarto había un televisor apagado montado en un soporte, debajo de él había una mesa con un florero y unas sábanas limpias y dobladas.
A un lado de la cama había un sillón donde había indicios de que alguien estuvo ahí toda la noche.
Al tratar de mover su brazo izquierdo se percató que tenía conectado en él un suero y al tratar de levantarse se dió cuenta que su mano derecha estaba completamente vendada y al no sentirla se exaltó sobremanera.
-Tranquilo... tu mano aún sigue ahí..- dijo una chica con fuertes señales de desvelo en su rostro mientras entraba a la habitación con una charola con el desayuno en sus manos.
Lisandro la miró fijamente, sabía que la había visto en alguna parte antes, pero en ese momento no podía recordar bien.
-Que paso?- Preguntó Lisandro mientras se recostaba de nuevo lentamente.
-Pues... al parecer se te pasaron las copas y ... bueno, no vi cuando lo hiciste, pero... parece que rompiste un retrato con un vidrio con tu puño...- contestó con un tono de preocupación la muchacha mientras ponia el desayuno sobre la mesa y se sentaba en el sillón.
-Rayos...- suspiró Lisandro perdiendo los ojos entre las particulas de polvo que se miraban pasando entre los rayos de luz que provenian de la ventana. Tardó unos minutos en volver a la realidad y darse cuenta que la chica misteriosa lo miraba con ojos tristes y llenos de preocupación. Lisandro se sentía muy avergonzado al saber que la había visto antes pero no poder recordar ni su nombre ni donde la había conocido.
La chica, en respuesta a la mirada de Lisandro dijo - Lodi, mi nombre es Lodi... no tienes por que avergonzarte al no recordarlo, de todos modos cuando nos conocimos no estabas en tus cinco sentidos jeje...-
-Ah si!!!...- respondió animado al recordar -... tu trabajas en la estación de radio verdad? Me dijiste que me habías conocido cuando fui a hacer la primer audición...-
-Si!!!- contestó la chica con una gran sonrisa, feliz por haber sido recordada -... esa mera soy yo. Espero no te haya molestado mi intromición a tu casa, pero es que casualmente iba a visitarte y escuche los ruidos y pues la puerta estaba abierta y ....-.
-No te preocupes...- interrumpió mirandola con una sonrisa -... es más te lo agradezco muchísimo, de no ser por ti no se que hubiera pasado conmigo anoche...-.
-... no estas solo Lisandro, al poco tiempo de que llegué a tu casa y trataba de levantarte llegaron tus amigos Toribio y Patri y me ayudaron a traerte para acá...- dijo Lodi con una sonrisa -... ellos se fueron hace un rato, pero también estuvieron gran parte de la noche...-.
-...ya veo... - respondió entre suspiros Lisandro.
-... por cierto... que contiene el libro?- preguntó timidamente Lodi.
- Que libro?- replicó asombrado.
-Ese...- dijo Lodi apuntando con el dedo a un libro viejo que estaba en el buró del lado derecho de la cama -... cuando te traiamos no lo querias soltar...-.
Lisandro volteó al buró y quedo helado al ver que era el libro que le había regalado la vieja loca aquella. En ese momento un doctor entra en el cuarto.
-Vaya, hasta que despertó usted...- dijo con tono de desinterés el doctor mientras revisaba unas hojas que traía en las manos.
-Como esta mi mano doctor?- preguntó Lisandro.
El doctor quedo serio un par de momentos, suspiro y miró a los ojos a Lisandro -Los vidrios hicieron pedazos gran parte de los ligamentos de su mano. Tuvo suerte de no perderla por alguna infeccion en sus heridas que fueron terriblemente profundas, con algo de terapias puede recobrar considerablemente la movilidad de los dedos....-
-Que?!?!- girtó Lisandro muy exaltado -... como que con terapia?! Que tiene mi mano?!-
-Silencio! Que no ve que está en un hospital?- respondió con un tono molesto el doctor - ... usted se hizo pedazos los tendones desde el dedo medio al meñique de su mano derecha, quiere decir que usted no podrá mover esos dedos... haber si con eso escarmienta mendigo borracho...-
El doctor se retira molesto del cuarto mientras Lodi se lleva las manos a la boca con una mirada de horror e incredulidad. Lisandro queda completamente perplejo con la mirada perdida en el vacío, no dice nada y solo una lágrima nace de su ojo derecho, recorre su mejilla hasta morir en la sabana que lo cubría. El mundo de Lisandro de repente se volvió en blanco y negro y transcurria en camara lenta.
Así pasaron las siguientes dos horas, Lodi se quedó con el en el cuarto sin saber que decir pero nunca lo dejó solo. Lisandro no podía creerlo, no dejaba de ver su mano y sentir como su interior se hacía miles de pedazos, en menos de unos meses su vida perfecta se había venido completamente abajo.
A medio día lo dieron de alta y una enfermera fué y tan silenciosa como estaban Lisandro y Lodi le quitó el suero y le proporcionó su ropa para que se cambiara. Al hacerlo, y completamente en silencio, Lisandro toma su libro y sale del cuarto a pasos lentos seguido por Lodi.
En la puerta del hospital se encontraban Toribio y Patri, quienes iban llegando a paso apresurado. -Hey amigo! Como estas?- preguntó Toribio mientras Lisandro pasaba aún lado de él, ignorandolo por completo, con la mirada perdida tal si fuera un zombie.
-Joder!! Lisandro!! Que nos tenías muy preocupados!!- reclamó Patri con un tono de enojo muy evidente, pero Lisandro seguía caminando sin siquiera voltearlos a ver, cruzando ya las puertas de salida del hospital.
Toribio se disponía a seguirle cuando una mano lo tomó por el hombro -Espera...- dijo Lodi con una voz de suma tristeza -... necesita estar solo un tiempo...-.
-Solo???- replicó Patri enojada - Lo dejo solo media hora y mira lo que hace!!! Este crío no debe estar solo!!! Lo llevaremos a nuestra casa, ahí se quedará hasta que mejore...-.
-No crees que tal vez necesita estar fuera de cualquier alcance que pueda tener de su pasado? - dijo Lodi con tono de serenidad - Sé que ustedes son sus mejores amigos, pero de alguna forma en estos momentos Lisandro al verlos recordará la historia que ustedes han compartido con él, inclusive el día de su boda, tengo entendido que él y Leticia fueron sus padrinos no? Lo llevaré a mi casa, ahí podre estar al pendiente de él y yo les informaré de su estado de salu...-
-En tu casa???- interrumpió Patri - Pero si apenas te conocemos como crees que vamos a permitir que...-
En ese momento Toribio puso su mano en el hombro de Patri diciendo -Espera amor, creo que Lodi tiene razón, si llevamos a Lisandro a la casa irremediablemente va a recordar pues muchas veces estuvieron ahí juntos y se pondrá peor, creéme lo conozco muy bien...-
-No puedo creérlo Joder!!!- dijo Patri quitando la mano de Toribio de su hombro con un movimiento violento - Aquí nadie toma en cuenta mis sugerencias y terminan siempre por valer mierda. Esto a mí no me pinta nada bien, pero esta bien, haced lo que querais... te espero en el coche...-
Patri se retira hacia el estacionamiento renegando y de prisa.
-Lamento mucho esto...- dijo tímidamente Lodi.
-No te apures... no pasa de que duerma en el sofá esta noche jeje- respondió Toribio con una sonrisa llevandose la mano derecha a la nuca.
-Espero que eso no suceda...- dijo Lodi sacando una tarjetita de su bolsa y entregándosela a Toribio -... toma, es mi dirección y teléfono por cualquier cosa-.
-Ahí te lo encargo...- respondió Toribio tomando la tarjeta y guardandola en la bolsa de su camisa -... cualquier cosa no dudes en contactarme-.
Lodi salió del hospital y ve en la esquina de la cuadra a Lisandro con el libro en su mano izquierda recargado en un poste de luz.
-Ven conmigo por favor..- dijo tímidamente Lodi acercandose a él -... vas a ver que todo estará bien, yo vivo subiendo las montañas cerca del bosque... puedes quedarte ahí un tiempo si quieres, te vas a venir bien un cambio de aire...-
-De que me sirve el aire si no quiero respirar...- respondió Lisandro con un tono completamente impregnado de desilución.
-No te desanimes, yo te ayudaré a que tu mano se recupere ya veráz... yo tengo un piano, podrás practicar todos los días...-
-No puedo mover la pinche mano!!! Como chingadoz quieres que practique así?!?!- gritó Lisandro azotando el libro que traía en la mano en el suelo, asustando a Lodi quien se hizo algunos pasos hacia atrás.
Al caer el libro, una repentina ráfaga de viento se hizo presente abriendo la cubierta del libro y revoloteando las páginas del mismo dejándolo abierto precisamente en el capítulo 2 del mismo el cual llevaba como título " La respuesta en L.O.D.I.".
Lisandro sorprendido se inca y levanta el libro leyendo, su rostro refleja un gran descubrimiento y miedo a la vez.
Lodi al ver eso se acercó temerosa -Que pasa?- .
-Disculpa... creo que aceptaré tu invitación - respondió Lisandro cerrando el libro y dirigiendose a ella - ...pero tenemos que ir por ropa y por mi perro a mi casa primero.- .
Tuesday, January 8, 2008
Void
Perdí un poco de fuerza por que Yayo se habia sentido bien los ultimos dias pero al parecer volvere a tomar fuerza y continuar.
Hemos caido en ciertas cosas que no apruebo, a pesar de que soy la parte vale-madrista, pero al parecer la tristeza nos ha hecho descubrir que el alcohol ya no es suficiente para ahogarla.
Confío que por lo menos yo tendré el poder para controlar la situación y no llevarla a un término dramático.
Odio tanto el drama, tanto así como el día que comencé a vivirlo.