La luz que se colaba de entre las cortinas y los cánticos de las aves que anunciaban la mañana despertaron a Lisandro
Se encontraba acostado en una cama ajena a la suya, con sábanas blancas y una cobija delgada y verde. En la esquina superior izquierda del cuarto había un televisor apagado montado en un soporte, debajo de él había una mesa con un florero y unas sábanas limpias y dobladas.
A un lado de la cama había un sillón donde había indicios de que alguien estuvo ahí toda la noche.
Al tratar de mover su brazo izquierdo se percató que tenía conectado en él un suero y al tratar de levantarse se dió cuenta que su mano derecha estaba completamente vendada y al no sentirla se exaltó sobremanera.
-Tranquilo... tu mano aún sigue ahí..- dijo una chica con fuertes señales de desvelo en su rostro mientras entraba a la habitación con una charola con el desayuno en sus manos.
Lisandro la miró fijamente, sabía que la había visto en alguna parte antes, pero en ese momento no podía recordar bien.
-Que paso?- Preguntó Lisandro mientras se recostaba de nuevo lentamente.
-Pues... al parecer se te pasaron las copas y ... bueno, no vi cuando lo hiciste, pero... parece que rompiste un retrato con un vidrio con tu puño...- contestó con un tono de preocupación la muchacha mientras ponia el desayuno sobre la mesa y se sentaba en el sillón.
-Rayos...- suspiró Lisandro perdiendo los ojos entre las particulas de polvo que se miraban pasando entre los rayos de luz que provenian de la ventana. Tardó unos minutos en volver a la realidad y darse cuenta que la chica misteriosa lo miraba con ojos tristes y llenos de preocupación. Lisandro se sentía muy avergonzado al saber que la había visto antes pero no poder recordar ni su nombre ni donde la había conocido.
La chica, en respuesta a la mirada de Lisandro dijo - Lodi, mi nombre es Lodi... no tienes por que avergonzarte al no recordarlo, de todos modos cuando nos conocimos no estabas en tus cinco sentidos jeje...-
-Ah si!!!...- respondió animado al recordar -... tu trabajas en la estación de radio verdad? Me dijiste que me habías conocido cuando fui a hacer la primer audición...-
-Si!!!- contestó la chica con una gran sonrisa, feliz por haber sido recordada -... esa mera soy yo. Espero no te haya molestado mi intromición a tu casa, pero es que casualmente iba a visitarte y escuche los ruidos y pues la puerta estaba abierta y ....-.
-No te preocupes...- interrumpió mirandola con una sonrisa -... es más te lo agradezco muchísimo, de no ser por ti no se que hubiera pasado conmigo anoche...-.
-... no estas solo Lisandro, al poco tiempo de que llegué a tu casa y trataba de levantarte llegaron tus amigos Toribio y Patri y me ayudaron a traerte para acá...- dijo Lodi con una sonrisa -... ellos se fueron hace un rato, pero también estuvieron gran parte de la noche...-.
-...ya veo... - respondió entre suspiros Lisandro.
-... por cierto... que contiene el libro?- preguntó timidamente Lodi.
- Que libro?- replicó asombrado.
-Ese...- dijo Lodi apuntando con el dedo a un libro viejo que estaba en el buró del lado derecho de la cama -... cuando te traiamos no lo querias soltar...-.
Lisandro volteó al buró y quedo helado al ver que era el libro que le había regalado la vieja loca aquella. En ese momento un doctor entra en el cuarto.
-Vaya, hasta que despertó usted...- dijo con tono de desinterés el doctor mientras revisaba unas hojas que traía en las manos.
-Como esta mi mano doctor?- preguntó Lisandro.
El doctor quedo serio un par de momentos, suspiro y miró a los ojos a Lisandro -Los vidrios hicieron pedazos gran parte de los ligamentos de su mano. Tuvo suerte de no perderla por alguna infeccion en sus heridas que fueron terriblemente profundas, con algo de terapias puede recobrar considerablemente la movilidad de los dedos....-
-Que?!?!- girtó Lisandro muy exaltado -... como que con terapia?! Que tiene mi mano?!-
-Silencio! Que no ve que está en un hospital?- respondió con un tono molesto el doctor - ... usted se hizo pedazos los tendones desde el dedo medio al meñique de su mano derecha, quiere decir que usted no podrá mover esos dedos... haber si con eso escarmienta mendigo borracho...-
El doctor se retira molesto del cuarto mientras Lodi se lleva las manos a la boca con una mirada de horror e incredulidad. Lisandro queda completamente perplejo con la mirada perdida en el vacío, no dice nada y solo una lágrima nace de su ojo derecho, recorre su mejilla hasta morir en la sabana que lo cubría. El mundo de Lisandro de repente se volvió en blanco y negro y transcurria en camara lenta.
Así pasaron las siguientes dos horas, Lodi se quedó con el en el cuarto sin saber que decir pero nunca lo dejó solo. Lisandro no podía creerlo, no dejaba de ver su mano y sentir como su interior se hacía miles de pedazos, en menos de unos meses su vida perfecta se había venido completamente abajo.
A medio día lo dieron de alta y una enfermera fué y tan silenciosa como estaban Lisandro y Lodi le quitó el suero y le proporcionó su ropa para que se cambiara. Al hacerlo, y completamente en silencio, Lisandro toma su libro y sale del cuarto a pasos lentos seguido por Lodi.
En la puerta del hospital se encontraban Toribio y Patri, quienes iban llegando a paso apresurado. -Hey amigo! Como estas?- preguntó Toribio mientras Lisandro pasaba aún lado de él, ignorandolo por completo, con la mirada perdida tal si fuera un zombie.
-Joder!! Lisandro!! Que nos tenías muy preocupados!!- reclamó Patri con un tono de enojo muy evidente, pero Lisandro seguía caminando sin siquiera voltearlos a ver, cruzando ya las puertas de salida del hospital.
Toribio se disponía a seguirle cuando una mano lo tomó por el hombro -Espera...- dijo Lodi con una voz de suma tristeza -... necesita estar solo un tiempo...-.
-Solo???- replicó Patri enojada - Lo dejo solo media hora y mira lo que hace!!! Este crío no debe estar solo!!! Lo llevaremos a nuestra casa, ahí se quedará hasta que mejore...-.
-No crees que tal vez necesita estar fuera de cualquier alcance que pueda tener de su pasado? - dijo Lodi con tono de serenidad - Sé que ustedes son sus mejores amigos, pero de alguna forma en estos momentos Lisandro al verlos recordará la historia que ustedes han compartido con él, inclusive el día de su boda, tengo entendido que él y Leticia fueron sus padrinos no? Lo llevaré a mi casa, ahí podre estar al pendiente de él y yo les informaré de su estado de salu...-
-En tu casa???- interrumpió Patri - Pero si apenas te conocemos como crees que vamos a permitir que...-
En ese momento Toribio puso su mano en el hombro de Patri diciendo -Espera amor, creo que Lodi tiene razón, si llevamos a Lisandro a la casa irremediablemente va a recordar pues muchas veces estuvieron ahí juntos y se pondrá peor, creéme lo conozco muy bien...-
-No puedo creérlo Joder!!!- dijo Patri quitando la mano de Toribio de su hombro con un movimiento violento - Aquí nadie toma en cuenta mis sugerencias y terminan siempre por valer mierda. Esto a mí no me pinta nada bien, pero esta bien, haced lo que querais... te espero en el coche...-
Patri se retira hacia el estacionamiento renegando y de prisa.
-Lamento mucho esto...- dijo tímidamente Lodi.
-No te apures... no pasa de que duerma en el sofá esta noche jeje- respondió Toribio con una sonrisa llevandose la mano derecha a la nuca.
-Espero que eso no suceda...- dijo Lodi sacando una tarjetita de su bolsa y entregándosela a Toribio -... toma, es mi dirección y teléfono por cualquier cosa-.
-Ahí te lo encargo...- respondió Toribio tomando la tarjeta y guardandola en la bolsa de su camisa -... cualquier cosa no dudes en contactarme-.
Lodi salió del hospital y ve en la esquina de la cuadra a Lisandro con el libro en su mano izquierda recargado en un poste de luz.
-Ven conmigo por favor..- dijo tímidamente Lodi acercandose a él -... vas a ver que todo estará bien, yo vivo subiendo las montañas cerca del bosque... puedes quedarte ahí un tiempo si quieres, te vas a venir bien un cambio de aire...-
-De que me sirve el aire si no quiero respirar...- respondió Lisandro con un tono completamente impregnado de desilución.
-No te desanimes, yo te ayudaré a que tu mano se recupere ya veráz... yo tengo un piano, podrás practicar todos los días...-
-No puedo mover la pinche mano!!! Como chingadoz quieres que practique así?!?!- gritó Lisandro azotando el libro que traía en la mano en el suelo, asustando a Lodi quien se hizo algunos pasos hacia atrás.
Al caer el libro, una repentina ráfaga de viento se hizo presente abriendo la cubierta del libro y revoloteando las páginas del mismo dejándolo abierto precisamente en el capítulo 2 del mismo el cual llevaba como título " La respuesta en L.O.D.I.".
Lisandro sorprendido se inca y levanta el libro leyendo, su rostro refleja un gran descubrimiento y miedo a la vez.
Lodi al ver eso se acercó temerosa -Que pasa?- .
-Disculpa... creo que aceptaré tu invitación - respondió Lisandro cerrando el libro y dirigiendose a ella - ...pero tenemos que ir por ropa y por mi perro a mi casa primero.- .